¿Qué futuro para la ficción y la creación autonómica?

  • Juan Carlos Etxeberria (EITB): «Hay gran diferencia entre el seguimiento de informativos diarios y el de programas de actualidad en ‘prime time'».
  • Paco Escribano (Minoria Absoluta): «Las autonómicas líderes tienen un modelo más definido: local y especializado o nacional y generalista».
  • José María Montero (Canal Sur): «Contar lo que ocurre en el ámbito más próximo facilita la comprensión», y no se puede «renunciar a explicar».

SAMUEL NEGREDO | Pamplona-Iruña | Jueves 12 de noviembre de 2015

La mesa «¿Qué futuro para la ficción y la creación regional?» ha reunido este mediodía en la Facultad de Comunicación de Navarra, con motivo del XXX Congreso Internacional de Comunicación, a responsables de diversos programas de Euskal Telebista, Televisió de Catalunya y Canal Sur, moderados por María Noguera, profesora de fcomunav.

Juan Carlos Etxeberria, que fue director y presentador de El Dilema, y que trabaja actualmente en Minuto a minuto, espacio semanal de actualidad en el prime time de ETB2, ha recordado que lleva 23 años las noticias del operador público vasco, y ha dicho que su paso a trabajar en informativos no diarios es reciente y supone «un lujo» y libera de algunas ataduras, aunque impone otras: ser a la vez «riguroso, serio y entretenido».

Ni 60 minutos, ni El dilema, ni Minuto a minuto, en los que ha trabajado Etxeberria, son un éxito de share, según ha reconocido, pero «me tienen ustedes que creer si les digo que los programas eran (o son) buenos», ha asegurado. «Los informativos diarios de ETB son los más vistos en nuestra área de cobertura», y hay una diferencia muy grande entre su audiencia y la de programas no diarios de actualidad en prime time. ¿Qué ocurre? ¿Por qué no funcionan?, se ha preguntado el periodista y presentador. «Ayer mismo hicimos un programa sobre memoria y relato de las víctimas del terrorismo. Lo vieron 2 de cada 100 espectadores. ¿Qué ocurre?».

  1. Saturación de formatos. «Los recortes en los medios públicos, que seguramente son inevitables, han hecho que proliferen los formatos de plató con gente hablando, porque es barato. No es ni malo ni bueno; es un patrón que se repite. Es como si todo lo que comiésemos estuviera cocinado igual».
  2. Saturación de temas. «Si toda la programación gira en torno a lo mismo, cuando llegamos al prime time es absolutamente letal. En un análisis frío y racional, un debate sobre el proceso soberanista de Catalunya debería interesar más al espectador de Euskal Telebista». ¿Por qué funciona bien en los informativos y no después? «Hay una película de Woody Allen, Granujas de medio pelo, en la que se dice: como la gente tiene lo que quiere, no hay más que añadir».
  3. Multiplicación de oferta. «No creo que haya que hablar mucho del impacto de la TDT. En 2009, Vaya semanita daba un 25%. Tengo el buen recuerdo de dar informativos que tenían un 37% de audiencia». Ahora hay más donde elegir.

Juan Carlos Etxeberria ha ahondado en la promiscuidad entre información y entretenimiento. El periodista donostiarra ha explicado:

«Si nosotros como televisión pública planteamos un cara a cara como el de Jordi Évole con Iglesias y Rivera, al día siguiente tenemos mucha gente llamando a la puerta del consejo de administración. Desde el divertido Caiga Quien Caiga de 1997, ha crecido el infoshow, se ha producido una devaluación de contenidos informativos. Es caro, diluye lo local en lo general, y parte de unas premisas insalvables para un medio público».

El donostiarra y presentador de Euskal Telebista ha reflexionado en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra sobre el lugar de las autonómicas en el mercado y su política de contenidos:

«Las televisiones públicas deberemos replantearnos nuestra función y si hay que mantener determinados formatos. Yo creo que sí, pero habrá que asumir que no podremos competir. Hemos jugado en primera división durante muchos años, y ahora la liga es cosa de dos, o de tres, y no es nuestro momento».

Paco Escribano es codirector de Minoria Absoluta, productora de los programas Polònia y Crackòvia, en TV3. María Noguera le ha preguntado por la comedia y el humor en las televisiones autonómicas. «En la televisión en España vivimos en una película del oeste. Es inexplicable el caos con los horarios; no es propio de un país serio. Pero si miramos el tema legislativo», como los cambios que permitieron las fusiones y la retirada de publicidad de TVE, «impera la ley del más fuerte».

«El servicio público, como europeos, nos debería definir», asegura Escribano; un país europeo tiene televisión pública, ha recalcado, añadiendo de que en España «arrastramos el pecado original de que la televisión pública naciera en dictadura», lo que dificulta justificar su función. Un elemento claro sería «el público al que nos dirigimos», los «clientes». Para las privadas son los anunciantes, y para las públicas «deberían ser los ciudadanos», aunque la clientela «parece estar más cerca de los políticos o de las plantillas», según el codirector de Minoria Absoluta.

Los ciudadanos como clientes, la lengua, la generación de riqueza y la adecuación al territorio son argumentos que justifican la existencia de las autonómicas. «Las televisiones autonómicas de más éxito son las que tienen un modelo más definido», ha defendido Escribano, apuntando a los distintos modelos de éxito de Aragón TV, con un modelo de especialización en lo próximo, y TV3, con la apuesta de televisión nacional generalista.

«La ficción tendría cabida en cualquier parte», según Escribano, pero el problema es que «probablemente no se ha tenido el modelo adecuado», oscilando entre las coordenadas de televisión generalista o especializada y nacional o local. La ficción tiene el punto diferencial de «trascender la realidad»; el codirector de Minoria Absoluta se ha referido al dicho etíope de «tribu que no sueña es tribu muerta», pero ha recordado que «soñar es caro».

También ha destacado Escribano el factor lingüístico: la televisión gallega ha generado contenidos de ficción con éxito y de interés. En el caso de TV3, la primera experiencia de apostar por la ficción fue Justícia Fosca. «La ficción venía solo del cine, y realmente apostamos por ella cuando entró Sofres a medir las audiencias. Teníamos un programa de tarde de Mari Pau Huguet, y en La 1 había Cristal«; cuando entraron los audímetros, se vio el mayor éxito de la telenovela. La ficción catalana en televisión nace con dos apuestas claves: el melodrama (Poblenou) y el humor (Plats Bruts). Actualmente hay apuestas de TV3 que se intenta que sean «un elemento de proyección internacional»: Polseres Vermelles, Cites, Merlí…, «con un punto más de riesgo».

Polònia hará diez años en febrero de 2016 y es un programa «en el que se reparte a todos», en palabras de Paco Escribano, y con una audiencia muy notable: «La fuerza de Polònia es que no le gusta a nadie del sector político», pero sí a los espectadores, ha apuntado el codirector de Minoria Absoluta. Esta empresa produjo en el verano de 2015 Crackovia América, que se emitió por FOX Sports y ha conseguido millones de seguidores en YouTube; uno de los retos es que, actualmente, el rédito económico de esos visionados resulta mínimo, ha reconocido Escribano.

José María Montero, director de los programas de actualidad del sector primario y el medio ambiente Tierra y Mar y Espacio Protegido en Canal Sur, ha destacado que estos programas son inusuales fuera de una televisión pública, y ha incidido en la importancia de que quienes deciden en las parrillas sean pacientes:

«Tierra y Mar demuestra, por su audiencia (entre un 15% y un 18%, hasta el 20%), una idea que a mí me ronda: los programas tienen audiencia porque duran en el tiempo, pero los programadores viven en una convulsión permanente y no prestan el reposo necesario a los productos para que se consoliden».

La primera paradoja es que «nunca hemos consumido más televisión» y «nunca hemos desconfiado más en lo que nos ofrecen», ha indicado José María Montero. La crisis de credibilidad se vincula a una crisis de rigor:

«Hay un instante en que ficción y no ficción vivían separadas, hasta que, como decía Margarita Rivière, comenzaron a seducirse. El periodismo termina convirtiéndose en una ración de historias con una estructura que se parece mucho a la de la ficción, el folletín y el culebrón. Se acentúa la primacía del entretenimiento sobre la información. La televisión termina adaptando la realidad a sus propias condiciones técnicas y de negocio».

«Hay una crisis de variedad y diversidad que choca con los intereses que manifiesta la audiencia», ha asegurado el periodista y director de dos programas en Canal Sur. En los informativos, apunta, «más del 60% del tiempo se usa para deporte, quiero decir, fútbol; política, y sucesos, que es la parcela que más crece, la más fácil de producir y la que más renta en audiencia».

«Resulta difícil sustraerse a la fascinación por lo lejano. Para las televisiones generalistas resulta más atractivo un científico de Oxford que uno de la Universidad de Castilla-La Mancha», se ha quejado el periodista andaluz. En los ámbitos que cubren los programas para los que trabaja Montero, «explicar lo que ocurre en el ámbito más próximo facilita la comprensión».

Además, en un escenario informativo cada vez más complejo, «los medios de comunicación prescinden de la experiencia, de los profesionales veteranos que podían mirar las cuestiones con cierta profundidad». Renunciar a explicar conduce a la banalidad y a excluir los temas más complejos, ha sostenido el director de Tierra y Mar y Espacio protegido.

El periodista de Canal Sur ha terminado aludiendo a dos posiciones que, a su juicio, son falsas. La primera: «Nuestros espectadores son como nosotros mismos. No. Hay muchos espectadores en el medio rural, para los que la televisión es el medio de referencia, y hay que tenerlo presente». La segunda, «si una televisión nacional o supranacional se puede acercar a ámbitos locales», a lo que ha respondido que «cuando el territorio que cubren es muy extenso, es muy difícil apreciar los matices del contexto territorial en que nace la información, que muchas veces es lo que le otorga sentido y trascendencia para el espectador». Por ejemplo, Montero ha explicado que, mientras que la visión urbana sobre cuestiones de la naturaleza es «romántica e idealizada», la visión rural es «pragmática y utilitarista», en el buen sentido, porque viven de ella.


Haga clic aquí para acceder a los resúmenes de todas las sesiones plenarias del XXX Congreso Internacional de Comunicación de la Universidad de Navarra, sobre los retos de las televisiones autonómicas públicas.

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